Cafés. Pastas. Revistas. Patrones. Ovillos de lana. Ganchillos. Agujas. Un grupo de gente joven. Tejer ya no es una actividad exclusiva de mujeres maduras. Coser está de moda entre los jóvenes aficionados a las manualidades desde que, hace unos años, se importó a España una técnica de ganchillo japonesa: el Amigurumi.
Con la aparición del Amigurumi, técnica oriental que consiste en realizar figuras tridimensionales de ganchillo, muchos chicos y chicas jóvenes tiran del hilo.
Para introducirse en el Amigurumi, sólo es necesario conocer los puntos básicos de la calceta tradicional: cadeneta, punto bajo, punto alto y saber aumentar y reducir puntos.
Las nuevas labores se diferencian de las tradicionales en que los crafters (tejedores) se agrupan en comunidades virtuales y foros para hablar sobre su hobbie preferido: el ganchillo.
La tecnología también inspira los diseños. Si antes, lo más común era tejer calcetines y hacer tapetes, las nuevas generaciones de costureros crean figuras en tres dimensiones, fundas para iPods y móviles y, además, donde antaño había cenefas y flores, ahora proliferan calaveras, logotipos y personajes extraídos de videojuegos.
La revista de referencia para los aficionados a las manualidades es la cabecera norteamericana Craft. Los proyectos que presenta esta publicación van desde bodegones de frutas kitsch, hechos con fieltro, a diseños de costura donde se incorporan luces LED que pueden activarse desde una PDA.
En España, la publicación on-line We love crafts, es la primera cabecera española dedicada, en exclusiva, a las labores.
Los costureros varones, tienen un blog exclusivo: http://www.menknit.net/. El blog se dirige exclusivamente a los crafters masculinos, con mucha ironía: “Que los hombres hagan punto no es tan extraño. No estás solo”.
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